Requisitos de los ancianos

Dios en su palabra establece unos requisitos específicos para los ancianos, estos se encuentran en 1 Timoteo 3:1-7  y en Tito 1:5-9. Vamos a analizarlos para saber que espera Dios de alguien que tiene el liderazgo en la iglesia local.

1. Que es un anciano

Antes de mirar los requisitos, tenemos que conocer que es un anciano en la Biblia, numerosos pasajes del Nuevo Testamento muestran las palabras anciano (presbuteros), obispo (episkopos) pastor (poimaino). Todas las tres palabras se refieren al mismo oficio en la Iglesia. En otras palabras, obispo y pastor no son distintos de anciano, simplemente son formas diferentes de identificar a la misma persona. Esto lo vemos en Hechos 20 y 1 Pedro 5:1-2 donde se usan las tres palabras intercambiablemente mostrando de esta forma diferentes factores del ministerio, y no diferentes niveles de autoridad u oficios diferentes.

2. Requisitos

De acuerdo a los textos de Timoteo y Tito los requisitos de un anciano son los siguientes:

  • Irreprochable
  • Esposo de una mujer
  • Tiene control propio
  • Prudente
  • Buena reputación
  • Hospedador
  • Apto para enseñar
  • No adicto al vino
  • No ser violento
  • Gentil
  • Apacible
  • Libre del amor al dinero
  • No codiciar ganancias deshonestas
  • Gobernar bien su casa
  • Irreprensible como administrador de Dios
  • Tener sus hijos bajo control con dignidad y no acusados de disipación o rebelión
  • No un nuevo creyente
  • Tener buena reputación fuera de la iglesia
  • Sensato
  • Apto para exhortar la sana doctrina y refutar a quienes la contradigan
  • No ser arrogante
  • No ser temperamental
  • Amar lo que es bueno
  • Ser justo
  • Ser devoto

Algunos de estos requisitos se encuentran en ambos textos exactamente iguales o con el mismo sentido y otros aparecen en uno o el otro como se evidencia en la siguiente tabla:

1 Timoteo 3 Tito 1
Irreprochable (v.2) Irreprochable (v.6)
Esposo de una mujer (v.2) Esposo de una mujer (v.6)
Control propio (v.2) Control propio
Prudente (v.2) Sensato
Buena reputación (v.2)
Hospedador (v.2) Hospedador (v.8)
Apto para enseñar (v.2) Apto para exhortar la sana doctrina y refutar a quienes la contradigan (v.9)
No adicto al vino (v.3) No adicto al vino (v.7)
No ser violento (v.3) No ser violento (v.7)
Gentil (v.3)
Apacible (v.3)
Libre del amor al dinero (v.3) No codiciar ganancias deshonestas (v.7)
Gobernar bien su casa (v.4) Irreprensible como administrador de Dios (v.7)
Tener hijos bajo control con dignidad (v.4) Tener hijos que no sean acusados de disipación o rebelión (v.6)
No un nuevo creyente (v.6)
Buena reputación fuera de la Iglesia (v.7)
  • No arrogante (v.7)
  • No temperamental (v.7)
  • Amar lo que es bueno (v.8)
  • Justo (v.8)
  • Devoto (v.8)

3. Significado

Hay un requisito único, del cual los otros se desprenden como soporte de este, y es que debe ser irreprochable. Esto significa que debe ser un líder que no pueda ser acusado de nada pecaminoso, esto no habla de perfección en la santidad porque en ese caso ninguno estaría calificado, sino en una vida que sea un ejemplo constante. Dios demanda que su administrador viva de un modo tan santo que su predicación nunca se contradiga con su estilo de vida, para que las indiscreciones del anciano nunca acarreen vergüenza al ministerio, y para que la hipocresía no mine la confianza de los miembros en el ministerio de Dios. Todos los otros requisitos a excepción de la enseñanza amplían el significado de irreprochable. Por lo tanto un anciano debe ser irreprochable en su vida matrimonial, social, familiar, de negocios o trabajo y obviamente en su vida espiritual.

El anciano debe mostrar su liderazgo desde la casa, ya que no llevar un buen liderazgo en su casa lo imposibilita para el oficio. Empezando con su vida moral, ya que cuando habla de ser marido de una mujer, no habla solamente de alguien que este casado.  Además de esto, el requisito se refiere también a su comportamiento, ya que debe ser evidente el trato único y diferencial que este le da a su esposa, siendo ejemplo así del amor de Cristo por su Iglesia.

La otra instancia en la que el anciano debe ser irreprensible en su casa es la crianza de sus hijos en caso de tenerlos. Ya que su liderazgo y discipulado se evalúa primeramente en su casa. Por lo que alguien que esté comprometido a vivir la vida piadosa demandada para él en los requisitos expuestos y además la acompaña con la enseñanza e instrucción a sus hijos, el cual es un mandato dado por Dios a los padres (Deuteronomio 6:6-7; Proverbios 22:6). Podemos creer que Dios en su gracia redimirá a sus hijos o por lo menos estos no escandalizaran el ministerio por alguna actividad pecaminosa.

Los demás requisitos hablan más del carácter del anciano, ya que este como se ha dicho debe ser inspirador, de tal forma que su vida inspire en la congregación credibilidad, honor, respeto, admiración y amor. El no ser arrogante se refiere a que no debe ser una persona terca u obstinada. Esto no significa que no tenga convicciones, sino que en el momento en que sea evidente que comete algún error, tenga la capacidad de escuchar y aceptarlo. De la misma forma, debe estar abierto a las ideas y consejos de otro, ya que debe reconocer su debilidad y limitaciones.

El no ser temperamental es alguien que no explote ante las situaciones fácilmente, claramente como seres humanos todos en algún momento podemos perder la calma ante situaciones complejas, sin embargo aquí se refiere a alguien donde este no sea su forma normal de reaccionar. Esto se debe a que los momentos de ira generan normalmente amargura en las personas que fueron expuestas a ella, por lo que un temperamento iracundo dañaría el corazón de las personas que Dios manda al anciano a cuidar.

Los últimos requisitos hablan de un carácter que se enfoque en lo bueno que Dios espera que hagan. Amar lo bueno, ser justo y devoto son características de los ciudadanos del Reino de Dios que el anciano debe modelar. Ya que él debe ser una persona que ame todo lo que Dios ame, y eso incluye la justicia, ya que Dios mismo es justo y espera que aquellos a quienes él ha dejado a cuidado de su pueblo, sean justos en toda decisión y trato con ellos. Y por último, el anciano debe evidenciar una vida que inspire a la gente que lo vea a entregarse completamente a Dios (Romanos 12:2).

Conclusión

Como se puede ver, la demanda de Dios para alguien que quiera ocupar el puesto de anciano es muy alta. Es por esto que este debe surgir de un deseo dado por Dios, deseo que Él pone en el corazón a aquellos que llama a esta honrosa labor. Pero de ahí en adelante es responsabilidad del anciano de tener una vida bajo el poder del Espíritu Santo, poder sin el cual es completamente imposible poder cumplir con lo que Dios espera. Es por eso que como iglesia tenemos un llamado a honrar, cuidar y valorar las personas que Dios llama a este oficio (Hebreos 13:17), ya que ellos tienen una gran responsabilidad delante de Dios.

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